ACTIVIDADES CON UN KAMISHIBAI
El Kamishibai es un arma de doble filo. La primera vez que lo abres y lo lees siempre fascina, pero las siguientes... ¡hay que currárselo!


- Tras la lectura del kamishibai, cogemos las láminas, las desordenamos y pedimos a los alumnos que sean ellos quienes las ordenen. Después releemos la historia. Si se han equivocado, preparaos para echaros unas risas.
- Pedimos a los alumnos que creen ellos las láminas y, una vez creadas, las usamos para volver a contar la historia.
* Estimular la predicción de acontecimientos
- Antes de destapar la siguiente lámina, les preguntamos qué creen que va a pasar. Esto también se puede hacer incluyendo una lámina con el símbolo de interrogación.
- Si el cuento tiene patrones de narración repetidos y fácilmente reconocibles, es una buena oportunidad para que sean ellos quienes completen las frases.

- Muy a menudo, las historias kamishibai se desarrollan en entornos no necesariamente familiares con el alumno, tanto físicos como culturales: desde bosques nórdicos a sabanas africanas. Es una oportunidad ideal para lanzar la cuestión de "¿qué hubiera pasado si la historia se hubiese desarrollado en otro entorno?".
* Improvisar, improvisar e improvisar
- La improvisación es un elemento clave en la lectura de un kamishibai. Así mantenemos la atención, hacemos más participativa la lectura y estimulamos la imaginación del niño. Contar la historia es estupendo, pero buscar pequeños respiros para la improvisación hará que sea un éxito seguro. ;o)
Y ahora sólo me queda decir: ¡Mucha mierda!
Etiquetas: Kamishibai
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